Comisionistas del Estado

El Estado, la Institución, se devora, o mas bien una guerra de comisionistas?

La Constitución del 78 fue el precio que se pagó para que nadie se sintiera malherido en su ego. El antiguo régimen se disolvió en el nuevo, paulatinamente, a plazos y con desconcierto en muchos momentos. Se pasó de jurar una lealtad, ante Dios, a otra lealtad, con el mismo Dios por testigo. Él siempre de testigo mudo, el mejor testigo que pueda existir.

El cambio de bando –ideológico– personal, fue la nota mas destacada, a mi entender, de los egos intervinientes en las décadas posteriores al 78.

El estar cerca del poder es básico para el buen comisionista. Hoy se utiliza la palabra corrupto en nuestros lares para describir al comisionista que no cumple con sus deberes con el fisco.

Los comisionistas de la capital del Estado se han escandalizado ante la posibilidad de tener competencia en la segunda capital del Estado: su poder se manifiesta azuzando banderas y lo que sea menester. Esto también se puede escribir en sentido inverso. Depende de la situación geográfica del narrador de los hechos.

La escena se desarrolla bajo el guión que se actualiza diariamente desde los poderes del Estado ubicados en Madrid y en Barcelona. Los personajes cumplen con su papel de servidores del Estado.

Es cierto que los egos desenfrenados no tienen límite. Pero hemos sido educados para que triunfe nuestro ego sobre el de los demás. Y esta es la lucha y la consecuencia de subestimar al otro.

Veremos en los próximos días el desenlace –aún no escrito– y el pacto del Estado consigo mismo.

La Sagrada Constitución

Los acontecimientos que se están produciendo en Cataluña y en España, por la separación de la primera, con la segunda, me hacen recordar el proceso que envolvió a la Ley del divorcio de Paco Ordoñez en su momento. Los sectores tradicionalistas de la sociedad se movilizaron escandalizados por semejante insensatez…. Al final se promulgó la Ley y los que más se beneficiaron de ella fueron los señores que añoraban el matrimonio tal como lo entendía la Iglesia Católica.

Hoy la Ley del divorcio es una norma aceptada por todos: libertad para firmar el contrato y libertad para deshacerlo….

Con lo de la separación de Cataluña de España también parece ser un vínculo sagrado, así lo entiende el miedo a ser libres. El poder establecido, con sus mercenarios mediáticos, utiliza todo tipo de armas para mantener el estatus quo.

La Constitución, en lugar de ser una norma creada por los hombres para resolver sus vidas, se entiende como una obra escrita por los dioses, y los hombres han de estar sometidos a sus verdades eternas.

Paco Ordoñez se salió con la suya. No se si alguien se acordará de él, sufrió lo suyo; ganó el criterio liberalizador de la razón humana…